ACTION COMICS (890 - 894)
"El Anillo Negro"
Guión: Paul Cornell
Dibujo: Brian Woods, Sean Chenn, Cafu...Tras una reconfiguración de títulos que poco se prestaba a convertir Action Comics en una serie de tortas genéricas considerando la singular propuesta de JMS en Superman, el grupo editorial de DC no tenía muy claro que hacer con ella. A lo largo de su historia, no han sido pocos los secundarios del Hombre de Acero que han disfrutado de colección propia, ya sea Superboy, Jimmy Olsen o incluso Lois Lane. Antojándose como una buena alternativa, la duda consistía en quien asumiría el estrellato de la colección. ¿Reconvertimos Action Comics en una serie perruna protagonizada por Krypto? Por suerte Guggenhein se adelantó a Robinson proponiendo entregar la serie a Lex Luthor, la eterna némesis de Superman. Idea tan arriesgada como extraña, se complicaría tras la marcha de Guggenheim propiciando la llegada de Paul Cornell.
Si buscamos a un personaje cuyas características sean lo más afines posibles a las de Luthor, uno de los principales candidatos es sin duda el Tío Gilito. Antes de que cerréis la pestaña o me mandéis a la mierda, pensadlo bien. Ambos son multimillonarios, se han hecho a sí mismos gracias a su tesón y voluntad y nunca se han amilanado en desafiar al destino mismo si se ponía en su camino. Aparte, esa faceta de filántropo y hombre (o pato) ilustrado sin límites está presente en ambos, amen de un carácter difícil, cada uno a su manera, que los hace destacar cada uno a su manera. Así, si a finales de los 80 Disney empleaba a su avaro multimillonario para recuperar lo mejor del subgénero
Lost Worlds en la mitiquísima
Pato Aventuras (
Duck Tales) ahora Cornell se dispone a hacer algo parecido bebiendo directamente de la participación de Luthor en
La Noche Más Oscura.

Subgénero de la fantasía aventurera de ciencia ficción acuñado durante la Era Victoriana gracias a las populares obras de Julio Verne, H. Rider Haggard, Rudgar Kipling o Arthur Conan Doyle, eran producto de la proliferación de la ciencia y los hallazgos científicos de la época, erigiendo a los científicos, exploradores y grandes mecenas de su época como héroes guerreros capaces de redibujar el mapa del mundo mediante carácter y osadía. Moviéndose en dichos patrones, Cornell aprovecha el carácter narcisista y psicótico de un protagonista que ronda la alexitimia para desprenderse de la moral actual convirtiendo a Luthor en suerte de héroe de época embarcándonos en un viaje a través de la mitología DCera en su búsqueda de poder. Sin tomarse del todo en serio a sí mismo ni a un personaje tan pagado de si mismo que antepone su deformada visión del mundo a la realidad, Cornell nos presenta a Luthor como un genio excéntrico carismático y talentoso a la par que amoral al que despoja de su vínculo limitatorio con Superman para crear un mundo propio a su alrededor aprovechando sus lazos con la comunidad villanesca de DC.
Con una estructura que en mucho recuerda al
Super Villain Team Up de Mantlo, Goodwin y compañía, cada número trae como invitado a alguno de los villanos más icónicos de la editorial mientras que Cornell da rienda suelta a esa imaginación desenfadada que tan buenos resultados le diera en
Doctor Who y que aquí supone un continuo
Más Difícil Todavía! en el que nunca sabes por donde te va a salir. Por describir el tono de la serie, imaginaros el Doc Savage pulp de los años 30 combinado con el Masacre de Joe Kelly, agitadlo bien y poned a Luthor en medio. Conceptos extremos de ciencia ficción, rupturas del cuarto muro, gorilas parlantes armados con cucharas soperas... un continuo delirio desenfrenado de ingredientes que hacen de esta una etapa que promete dejar huella.
Por desgracia, aunque Cornell nos ofrece un Luthor magníficamente retratado, se ciñe extremadamente al soseras del Luthor actual, por lo que no acaba de encajar del todo en el excéntrico festival de imaginación al que le vendría bien ese medio punto de locura que ya mostrara con el Norman Osborn de sus
Patrulla-X Oscura, aunque se le queda muy cerca.
En definitiva, una delicatessem de las que ocasionalmente nos regala DC y que sin duda disfrutará cualquier fan del Doctor, Cornell o la nueva tendencia neo-polp del comic de superhéroes actual.
Lo Mejor: La desbordante imaginación de Cornell.
Lo Peor: El dibujo de Brian Woods, sin estar del todo mal dado el contraste que ofrece su trazo serio con las ideas delirantes ideas de Cornell, resulta un tanto estático pertenenciendo a esa escuela que tanto me disgusta de los dibujantes “ventrilocuos” (los que dibujan a los personajes con la boca cerrada mientras hablan). Solo de pensar lo que podían haber salido de estos guiones con un Immonen contenido o un Terry Dodson imaginativo se me hace la boca agua.
7.6/10